miércoles, 28 de mayo de 2014

Diario 1

DIOS MÍO

¡Hola! Soy Manuel, la persona que lleva este diario, y me encuentro en un bloqueo escritor de unos calibres impresionantes. Por ello, he decidido instaurar una pequeña parte de este blog, que sea mi diario.

¿Por qué? Realmente no tengo ni idea. Escasas personas que me conocen en la vida real son conscientes de este pequeño rinconcito que tengo para mi lado más creativo, pero por más que estruje mi cerebro no consigo sacar algo útil y que le de vida a la historia de "Magouden".

De hecho hoy, Blogger me la ha jugado y ha borrado una entrada de esa historia que conectaba con otra que conectaba con la que estaba intentando escribir, pero al ver que eso no iba a quedar nada bien, he condenado a ambas al "borrador" -risa maléfica-.

¡Bien! De qué hablar... Hmm... Hmm...

Bueno, hace unos días se me ocurrió hablar de un tema, del cual no hablé porque... No sé. Realmente era que no existía el tag de diario en mi blog. Pues bien, como ahora existe, ya no tengo esa restricción.

Pues el otro día, mi profesor de latín, anunció la publicación de su primer libro; un epistolario. Al parecer, había echado más de varios años, deduciendo todas y cada una de las letras que allí estaban, dándoles forma, y entendiendo su contenido, en latín, claro. Era de un hombre que trabajaba en una corte, creo.

Bueno realmente eso no es muy relevante, aunque en caso de que tengáis curiosidad solo hay que preguntarme y os diré más.

El caso es que iba a ir a presentarlo a la universidad de Cádiz y nos pasó por la clase dos tomos ya impresos del epistolario.

Si os soy sincero, no es que entendiese mucho, osea venía traducido, y con notas de traducción y todo eso, se veía bastante elaborado, la verdad.

Pero lo impactante fue la forma que tuvo de exponerlo. Ese epistolario, realmente, no tenía valor alguno. Quiero decir, solo un curioso podría leerlo como curiosidad, y nada más. Pero él se lo otorgó. El consiguió hacer que viésemos, como un historiador podría descubrir un enigma con aquel epistolario que realmente sólo servia para hurgar en las intimidades que contaba este joven a un amigo, hablándole de aquello que le gustaría hacer, y de lo que acababa haciendo con su vida, cómo podía darle forma para elaborar una teoría, que finalmente fuese cierta.

Como aquella traducción no era más que un simple eslabón, sin el cual la historia no podría ser descubierta. Sí, él consiguió que nosotros, estudiantes de lenguas ya muertas, que somos atacados con horrendas afirmaciones de que son "inútiles" o para "los inútiles", ya me entendéis ¿no?

Un historiador sin un traductor, no podría nunca descifrar aquello que dicen los manuscritos, en los cuales se basan una inmensa mayoría de conocimientos de historia que poseemos hoy en día.

Luego la historia, sirve para hacer política (debería, vamos), para así no repetir aquellos proyectos que llevaron a desastres, y que provocaron quiebras, crisis y hambres.

La política influye indudablemente en la economía, un régimen democrático es completamente opuesto a una dictadura. Y tanto uno como otro son regímenes políticos existentes en este mismo momento en distintas partes del mundo.

Por ejemplo, algunas dictaduras están inspiradas en textos de grandes filósofos. Filósofos, sí, aquellos locos que se atreven a hacer esa carrera sin salida alguna.

¿Qué sacamos de conclusión de toda esta parrafada? Pues que el conocimiento de estas lenguas, queráis o no, ha influido muchísimo en la concepción de "mundo" que ahora mismo tenemos. El latín y el griego, como otras muchas lenguas muertas, sirven para investigaciones que hoy en día nos pueden resultar realmente intrigantes, y aún así, nunca se llevan mérito. Nadie menciona al traductor que ayudó a descifrar el diario de X rey, pero sí mencionan al que lo descubrió y le dio forma. Claro está, que el descubridor también puede tener conocimientos de latín, pero incluso éstos son menospreciados. Nadie le da las gracias por adaptarlo a nuestra lengua, sino sólo por habernos dado un discurso que nos haya salvado durante unos minutos de nuestro eterno aburrimiento.

Increíble, ¿no?

¿Por qué me pareció tan increíble esa charla que dio mi profesor de latín? Porque aún asumiendo todo esto, lo hizo, lo tradujo, y estaba eufórico ante su publicación.

Salí de tan buen humor de esa clase, que realmente se basó en un discurso con la cualidad de animarnos en nuestro camino y blablabla. Ya he escrito mucho por esta entrada, creo, y ahora mismo os estaré aburriendo.

Pues eso, creo que esta forma de escribir me gusta bastante, y seguiré haciéndolo. ¡Hasta luego!

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